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Mes 5 (Trimestre 2)
Es hora de averiguar cómo la hormona relaxina afecta tus entrenamientos.
A las 19 semanas de embarazo, tu bebé mide alrededor de 15,3 cm de largo de la cabeza a las nalgas y pesa alrededor de 240 g. Es aproximadamente del mismo tamaño que un tomate grande, pero más pesado1.
Tu bebé ahora está desarrollando una de sus características más singulares: huellas dactilares. Junto con la aparición de las mismas, las uñas de las manos y los pies continúan creciendo, y ahora sus manos deberían poder hacer un agarre firme2.
Junto con la aparición de una capa protectora llamada vérnix, se está formando una sustancia grasa llamada “mielina” alrededor de los nervios de tu bebé3. La mielina protege, aísla sus nervios y apoya las conexiones de las neuronas motoras entre el cerebro y los músculos.
La mielina ayuda a tu bebé a realizar movimientos más coordinados3. Los movimientos de los recién nacidos tienden a ser espasmódicos y descoordinados, pero a medida que crecen, se desarrolla más mielina, lo que ayuda a que sus movimientos sean más suaves y coordinados3.
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Tu útero continúa moviéndose hacia arriba y alejándose de la pelvis. Ahora debería llegar a tu ombligo y crecerá un centímetro más por cada semana restante de tu embarazo4.
Mientras tanto, es posible que experimentes irritación ocular ya que las hormonas del embarazo pueden afectar la creación de lágrimas5. Esto puede hacer que tus ojos se sientan cansados y arenosos, por lo que es posible que desees comprar un frasco de gotas para los ojos.
Irónicamente, las hormonas del embarazo pueden hacer que se acumule un exceso de líquido dentro de los ojos, alterando la curvatura del globo ocular5 y provocando una visión levemente distorsionada6. Si usas lentes de contacto, notarás aún más este cambio. Si bien es incómodo, vale la pena recordar que es temporal y desaparecerá una vez que des a luz o comiences a amamantar, y no requieres una nueva graduación de lentes.
Duerme de lado y usa almohadas para sostener tu vientre y los músculos adoloridos. También puedes intentar dormir con una almohada entre las rodillas1.
Desafortunadamente, el embarazo no te hace resistente a la candidiasis, una infección común. Si tienes candidiasis, usa ropa interior holgada de algodón y evita los jabones perfumados, las sales de baño y el sexo hasta que te sientas mejor.
Es posible que aún tengas síntomas del embarazo temprano, incluida la necesidad de ir al baño con frecuencia.
La progesterona, una de las hormonas del embarazo, hace más lenta la digestión, lo que puede provocar hinchazón y exceso de gases8.
Los dolores en el costado del abdomen son causados por la expansión del útero (y también se conocen como “dolores de ligamentos redondos”). Para tratarlos, levanta los pies y descansa9.
Este es otro síntoma que aún puedes estar experimentando desde tu primer trimestre. El estrógeno y la progesterona, las hormonas del embarazo, se disparan durante las primeras 12 semanas, afectando el cómo te sientes emocionalmente. Descansa mucho y haz ejercicio ligero.
A medida que tu panza crece, algunos movimientos se volverán más complicados. Es posible que tengas que adaptar tu rutina de ejercicio.
Para empezar, tienes un peso adicional que seguirá creciendo y que puede afectar el tipo de ejercicio que haces. Pero, ¿sabías que las hormonas también afectan el ejercicio?
La hormona, apropiadamente llamada relaxina, afloja los ligamentos para ayudar con el parto10. Desafortunadamente, también afloja los ligamentos que sostienen la espalda, las rodillas y los tobillos1. Por lo tanto, en lugar de correr, es posible que desees cambiar a caminar rápido.
Se recomienda que las mujeres embarazadas intenten hacer 150 minutos de ejercicio cada semana11, al menos 30 minutos de actividad en cinco días. A medida que avanza tu embarazo, puede que necesites ajustar tu rutina. La buena noticia es que tres sesiones de 10 minutos son tan buenas como una sola sesión de 30 minutos.
El desarrollo de tejido y ADN de tu bebé depende de un buen suministro de zinc durante el embarazo. El zinc ayuda a tu cuerpo a procesar la grasa, las proteínas y los carbohidratos de los alimentos2 para nutrir a tu bebé en crecimiento. Este importante mineral también apoya tu propio bienestar, por lo que es importante incluir muchas fuentes ricas en zinc en tu dieta. En promedio, las mujeres necesitan alrededor de 7 mg13 al día.
El zinc juega un papel esencial en la construcción de las células y el ADN de tu bebé durante el embarazo. Es necesario para la división celular y el crecimiento de tejidos, y tu bebé está creciendo de una sola célula a una personita compuesta por billones de células diminutas. El zinc también es una parte clave del funcionamiento normal del cerebro14.
Una ingesta saludable de zinc como parte de una dieta bien equilibrada es fundamental durante el embarazo. Necesitas 7 mg al día durante el embarazo, 13 mg al día durante los primeros cuatro meses de lactancia y 9,5 mg al día durante el tiempo restante de lactancia15.
Revisado por última vez: 13 de Diciembre del 2019
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