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Mes 5 (Trimestre 2)
A las 20 semanas de embarazo, tu bebé tendrá aproximadamente 16 cm de la cabeza a las nalgas (del tamaño de un plátano) y pesará alrededor de 300 g1. Su latido es lo suficientemente fuerte como para ser detectado fácilmente.
Tu bebé ahora está cubierto por una capa de “vérnix” cremoso y blanco, una sustancia que protege su delicada piel2. Más adelante, ayudará a tu bebé a descender por el canal de parto.
Si vas a tener una niña, su útero se desarrollará1, y sus ovarios ya tendrán siete millones de óvulos primitivos3. Cuando nazca, llevará consigo dos millones de óvulos3. Si vas a tener un niño, esta es la semana en la que los testículos comienzan a descender de su abdomen3.
El desarrollo de las células nerviosas de tu bebé se está ralentizando, pero se están formando conexiones más complejas, tanto así que ahora tu bebé disfruta estirarse4.
Entre las semanas 18 y 20 de embarazo, se programará una exploración de anomalías para asegurarse de que tu bebé se esté desarrollando correctamente y se discutirán los próximos pasos si hay algún problema sospechoso. No es motivo de preocupación.
Tu placenta continúa entregando nutrientes y eliminando los desechos de tu bebé, el cual será pronto más grande que la placenta. Tu placenta también continúa creciendo, triplicándose en tamaño al nacer3. Debido a su importante función, el ecografista también examinará la placenta durante la exploración.
También puedes comenzar a experimentar contracciones de Braxton-Hicks o “dolores de parto falso”5. Tu cuerpo comienza a prepararse para el nacimiento. Las contracciones son impredecibles y no todo el mundo las experimenta. Pueden ser causadas por ser demasiado activa, tener la vejiga llena o, por el contrario, deshidratación. (¿Ves? Impredecibles). Las contracciones son normalmente leves (es posible que ni siquiera notes algunas), varían en intensidad y duración, y no suelen ser motivo de preocupación.
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Culpa a tus hormonas. Otra vez.
A medida que tu abdomen crece, es posible que veas la aparición de estrías en tu estómago o senos7. Por lo general, se vuelven mucho menos notorios después del nacimiento. No gastes dinero en “cremas milagrosas”: una simple crema hidratante es suficiente.
Ir al baño frecuentemente es uno de los síntomas más comunes del embarazo temprano, ya que el útero en crecimiento comienza a ejercer presión sobre la vejiga.
La progesterona, una de las hormonas del embarazo, ralentiza la digestión, lo que puede provocar hinchazón y exceso de gases8.
Los dolores en el costado del abdomen son causados por la expansión del útero (y también se conocen como “dolores de ligamentos redondos”). Para tratarlos, levanta los pies y descansa2.
El hierro es un nutriente clave durante el embarazo y una parte importante de una dieta equilibrada. La ingesta diaria recomendada para todas las mujeres, embarazadas o no, es de 14,8 mg al día9. Tus células sanguíneas necesitan hierro para transportar oxígeno por su cuerpo10 y hasta tu bebé. El hierro también contribuye a la función cognitiva normal de tu bebé11.
Muchas mujeres tienen niveles de hemoglobina más bajos durante el embarazo, pero los suplementos de hierro solo se recetan si son muy bajos12.
La vitamina C puede ayudar a mejorar la absorción de hierro, pero algunos ingredientes y compuestos pueden inhibir su capacidad para absorberlo. Por ejemplo, el té y el café contienen compuestos fenólicos (sustancias químicas naturales que crean sabor y “sensación en la boca”) que se sabe que inhiben la absorción de hierro13.
También se pensaba que los cereales integrales evitaban la absorción de minerales debido a los fitatos. Sin embargo, cocinar, hervir, remojar o germinar granos integrales inactiva el ácido fítico, lo que te permite absorber hierro y otros minerales y beneficiarte del consumo de fibra integral14.
El ejercicio moderado es bueno tanto para ti como para tu bebé siempre que ambos estén sanos. Incluso si no has hecho ejercicio antes, puedes comenzar ahora con cuidado y eligiendo ejercicios de bajo impacto.
Este es el ejercicio perfecto para el embarazo, además de que caminar a un ritmo rápido es bueno para tu corazón. Intenta realizar de tres a cinco caminatas de 30 minutos cada semana5.
Este ejercicio puede ayudar a estirar y fortalecer los músculos, reducir los dolores del embarazo (especialmente el dolor lumbar) y disminuir la presión arterial. No intentes posturas complejas, especialmente torsiones, y evita el “Bikram hot yoga”15.
Este es un gran ejercicio que te permite desarrollar fuerza y resistencia aeróbica al mismo tiempo. Puedes nadar de tres a cinco veces por semana, hasta 30 minutos a la vez15.
Revisado por última vez: 19 de Diciembre del 2019
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