Resumen
Tu nuevo bebé es el centro de tu mundo, pero necesitará que te mantengas fuerte y saludable, física y emocionalmente, para poder cuidarlo. Eso significa pedir ayuda. Descubre qué cambios puedes esperar experimentar y a dónde puedes acudir para obtener asistencia.
Consejo de expertos, 24-7
El apoyo que necesitas, en el momento que lo necesitas.
Toma un descanso
¡Felicidades! Has logrado algo asombroso. Has cargado y parido a un ser humano nuevo, y ahora es el momento de cuidarlo y alimentarlo (aunque lo que más te gustaría hacer es dormir). Es una experiencia alegre, pero no hay duda de que también es un trabajo duro. Estás acostumbrada a ser independiente, pero es importante en este momento aceptar toda la ayuda que puedas obtener. Quieres hacer todo lo posible por tu nuevo bebé y eso incluye darte el tiempo y el espacio para recuperarte. Recuerda que tú también mereces disfrutar de este momento único.
Cambios emocionales
Baby blues
En los primeros días después del parto, es bastante común experimentar sentimientos de tristeza, conocidos como “depresión postparto”. Esto podría ser una reacción natural a un acontecimiento vital trascendental, pero también se cree que está relacionado con una disminución de las hormonas después del nacimiento, en particular, la oxitocina, la “hormona del amor”. La “tristeza postparto” no requiere intervención médica, pero la comprensión de familiares y amigos ayudará. Si estos sentimientos no mejoran después de unos días, habla con tu médico.
Depresión postparto
Se cree que la depresión posparto (PND) afecta aproximadamente a 1 de cada 10 madres y pueden pasar varios meses hasta que los síntomas aparezcan. Puede desencadenarse por un parto traumático, la falta de sueño o las responsabilidades a veces abrumadoras de la maternidad. Los síntomas varían ampliamente, pero incluyen sentirse muy deprimido, ansiedad, ataques de pánico, pensamientos irracionales o sentirse entumecido y vacío. Habitualmente, la terapia de conversación es la primera forma de tratamiento que se ofrece, pero si te administran medicamentos, aún podrás amamantar de manera segura. Si tienes síntomas, busca ayuda lo antes posible. Habla con tu médico. No estás sola y hay mucha ayuda disponible.
Cambios físicos
Incluso si tu trabajo de parto fue sencillo, dar a luz es una experiencia física intensa y a tu cuerpo le tomará tiempo recuperarse. Se esperan dolores, molestias y hematomas. Aunque el dolor debería desaparecer con bastante rapidez, no esperes sentirte completamente en forma durante varias semanas, incluso meses. La forma más rápida de recuperarte es descansar y dormir lo más que puedas.
Puedes experimentar:
Moretones
Puedes notar hematomas en el lugar de la inyección epidural (si te administraron una), y también donde te insertaron cánulas o goteros.
Calambres
Es posible que sufras calambres en el útero a medida que los músculos se contraen y vuelven a su posición anterior al embarazo.
Sensibilidad
Pueden pasar algunos días hasta que el calostro de paso a la leche materna. También puedes sentir sensibilidad en los senos de un día para otro a medida que tu cuerpo establece su suministro de leche.
Sangrado
Todas las mujeres experimentan algo de sangrado después del parto, independientemente del método de parto. Las toallas sanitarias absorberán la sangre y la secreción. El sangrado puede durar de dos a seis semanas y debería aligerarse gradualmente, pero si el flujo se vuelve más abundante, informa a tu médico.
Picazón
Si te han administrado un anestésico durante o después del trabajo de parto, es común que sientas picazón en la piel durante unos días. La picazón es un efecto secundario de algunos tipos de analgésicos (como la morfina) que se usan en una epidural.
Malestar perineal
Las hemorroides o el dolor en el área perineal pueden hacer que sentarse sea incómodo. Si es así, habla con tu partera o asesor de salud; pueden recomendarte ungüento o bolsas de hielo para reducir la hinchazón.
Cesárea
Si diste a luz por cesárea, es probable que sientas dolor e incomodidad en el lugar donde se realizó la incisión. Se te aconseja no conducir ni levantar nada más pesado que tu bebé durante seis semanas.
Inyecciones autoadministradas
Durante los primeros siete días después del nacimiento, ya sea que estés en el hospital o que te den el alta, es posible que te receten una inyección de anticoagulante para reducir el riesgo de coágulos de sangre. Si estás en casa, se te recetarán dosis ya medidas que se administrarán en el estómago. Se te proporcionarán instrucciones y un contenedor para cualquier objeto afilado usado. La aguja es pequeña y la pluma de inyección hará clic cuando se aplique, para indicarte que la dosis se ha administrado correctamente.
Volviendo a estar de pie
Dependiendo de tu experiencia con el parto, puede tomar algo de tiempo antes de que te sientas lo suficientemente fuerte como para caminar después del parto. Cuando estés lista, aquí hay algunos consejos sencillos que te ayudarán a ponerse en movimiento:
- Descansa y bebe poco y con frecuencia. Estira suavemente las piernas y siéntate en la cama si puedes.
- Cuando quieras levantarte de la cama, deja que tu pareja o partera te ayude.
- Ve al baño para asegurarte de que tu vejiga y tus intestinos estén funcionando.
- Activa los músculos del suelo pélvico desde una posición erguida, sentada al final de su cama. Si tu parto resultó en puntos de sutura, es posible que debas esperar antes de activar los músculos del piso pélvico.
- Estira los brazos y gira los hombros para aliviar los músculos doloridos del brazo debido a las tomas prolongadas.
Ve poco a poco
Después de unos días, aumenta la frecuencia e intensidad de los ejercicios del suelo pélvico. Camina por la habitación o sal a tomar un poco de aire fresco si te sientes capaz. No tienes que ir muy lejos. Asegúrate de obtener suficiente proteína (como carne magra, pescado, productos lácteos o nueces) para ayudar a la recuperación. Trata de beber dos litros de agua todos los días y recuerda vaciar tu vejiga cada dos o tres horas. Es posible que no te sientas tan consciente de tu necesidad de orinar como de costumbre.
Volviendo al fitness poco a poco
Lo más pronto que podrás hacer ejercicios de alto impacto (como correr o aeróbicos) es después de tu control postnatal entre las seis y ocho semanas. Pero solo porque puedas, no significa que debas hacerlo, o que te sentirás a la altura. Escucha a tu cuerpo y no te esfuerces demasiado.
Volviendo a casa
Controles de salud en el hogar
Tu partera y/o médico vendrán a visitarte regularmente durante las primeras semanas. Se pesará a tu bebé y se realizarán las pruebas restantes (como la prueba de “punción del talón”). Tu profesional de la salud también evaluará la salud y el bienestar general de tu bebé y también controlará tu recuperación. Aunque están interesados en la seguridad del entorno de tu hogar, no sienten la necesidad de poner orden. Saben que su prioridad es cuidar de tu bebé. Recuerda, ellos están ahí para ayudar, así que responde todas sus preguntas con honestidad y aprovecha la oportunidad para hablar sobre cualquier inquietud que tengas.
Tu control postnatal
A las 6-8 semanas después del nacimiento, tu médico te realizará un control postnatal, para controlar el desarrollo de tu bebé y tu recuperación. Tu médico también estará interesado en escuchar sobre tu bienestar emocional, que es igualmente importante. Si hay algo que te preocupe, ya sea física o mentalmente, habla con tu médico o profesional de la salud.
Otros visitantes
Es comprensible que tu familia y amigos estén ansiosos por conocer a tu recién llegado, pero tu prioridad es crear vínculos con tu bebé y recuperarte. Está bien decir que no por ahora. Si los abuelos bien intencionados quieren venir y quedarse, se realista sobre si esto será una ayuda o una fuente de estrés. ¿Podrían llegar a un hotel local?
Pide ayuda
Cuando estés dispuesta a recibir visitantes, no sientas la necesidad de prepararles té. Pídeles que lo hagan. La mayoría de la gente está feliz de hacer algo útil. Otras formas en las que te pueden ayudar incluyen:
- Lavandería
- Pasar la aspiradora
- Lavar
- Cocinar una comida
- Compras de comestibles
- Sostener al bebé mientras te duchas o tomas una siesta
La importancia de no hacer nada
Es un cliché, pero el tiempo con tu recién nacido pasará volando. Intenta vivir el momento y disfruta de este momento especial juntos en familia. No hagas más de lo necesario y descansa cuando te sea posible, lo que puede significar irse a la cama cuando tu bebé lo haga.
Llevar una dieta sana y equilibrada te ayudará a recuperarte y también asegurará que tu leche materna esté llena de nutrientes esenciales para tu bebé.
Deja que las tareas del hogar esperen. No te sientas culpable por pasar el día sentada en un sillón durante las primeras semanas; Asimismo, un cabestrillo le dará a tu bebé la cercanía que necesita y te dará la novedosa sensación de tener ambas manos libres para hacer un sándwich. Mejor aún, si tu pareja está cerca, deja que el bebé duerma sobre ella mientras te tomas el tiempo para recargar energías, ya sea bañándote, tomando un poco de aire fresco o tomando una siesta.
Siguientes pasos
- Antes del nacimiento, congela comidas simples y saludables como estofado o salsa para pasta, que puedan prepararse fácilmente una vez que nazca tu bebé.
- En lugar de los regalos tradicionales, pide a tus amigos y familiares que te ayuden con las tareas del hogar o que te hagan una comida casera como regalo.
- Siempre habla con tu partera o profesional de salud sobre cualquier inquietud, o si te sientes abrumada o triste.
- No te presiones demasiado para hacer ejercicio.
- Sal a almorzar o cenar con tu pareja y (con suerte) el bebé dormido. Sorprendentemente, esto es más fácil en los primeros meses que cuando tu bebé está más consciente o en una rutina, y es un verdadero placer. Elige un momento en el que el restaurante esté tranquilo, para un servicio rápido y amigable.