Entendiendo los patrones de sueño de tu bebé

Uno de los mayores ajustes para los nuevos padres es el sueño, o esencialmente la falta de él. La falta de sueño va de la mano con la paternidad; como mamá (o papá) con un recién nacido, pronto te darás cuenta de que la cantidad de sueño que duerme depende de tu bebé. Es posible que desees acurrucarte debajo de tu edredón, pero tu bebé necesita alimentarse, eructar, cambiar de pañal o incluso simplemente un abrazo (o dos) en medio de la noche. Puedes sentir que tu bebé está más despierto que dormido. ¡Pero los bebés duermen mucho! Al final del primer año, los bebés habrán pasado más de la mitad de sus vidas durmiendo.¹ Y te alegrarás de que lo haga, ya que el sueño está asociado con numerosos aspectos del desarrollo del cerebro del bebé y puede afectar significativamente el comportamiento, la salud mental y bienestar.¹

El sueño a menudo se considera una actividad pasiva, cuando en realidad es un proceso activo. A pesar de las limitadas horas de vigilia disponibles para que tu bebé explore, todavía hay mucho que hacer mientras duerme. El sueño de los bebés es diferente al de los adultos, y las características únicas del sueño de un recién nacido pueden promover el aprendizaje.² El cerebro de tu bebé se está desarrollando y madurando, preparándolo para procesar y explorar el entorno.² Las investigaciones han demostrado que los bebés aprenden y procesan las respuestas al mundo que los rodea aún mientras duermen.²

Puedes llegar a pensar que tu bebé nunca duerme; o tal vez que duerme demasiado, pero en el momento equivocado (si tu bebé es de los que están despiertos durante la noche, estarás de acuerdo). Pero consideremos qué es el sueño “normal”. Los patrones de sueño de los bebés se desarrollan muy rápidamente durante sus primeros doce meses de vida.¹ Los recién nacidos pueden dormir hasta 18 horas al día², y la duración del sueño nocturno aumenta de manera constante. Después de algunas semanas, verás que tu bebé está despierto durante períodos más prolongados y, en consecuencia, duerme durante episodios más prolongados,³ y los despertares nocturnos también disminuyen. ¹ Sin embargo, todos los bebés son diferentes. Algunos duermen más que otros. Algunos por períodos más largos, otros en ráfagas más breves. Algunos bebés duermen toda la noche temprano, mientras que otros tardan mucho más (si es que llegan allí).

Es fácil considerar el sueño como un comportamiento aislado: tu bebé está despierto o dormido. Pero existen diferentes estados de conciencia por los que tu bebé circula varias veces al día. Dos son estados de sueño; los bebés pasan el 50% de su tiempo en cada uno de estos estados:^3,4

• Sueño activo (también conocido como sueño REM [movimiento ocular rápido]): la respiración se vuelve más regular, tu bebé puede sobresaltarse con algunos ruidos
• Sueño profundo (a veces denominado sueño tranquilo o sueño no REM): el bebé se acuesta tranquilamente sin moverse; los espasmos y otros movimientos se detienen

También están los estados despiertos o ‘activos’:⁴

• Somnolencia: los ojos del bebé comienzan a cerrarse; y empieza a dormirse
• Alerta silenciosa: los ojos del bebé se abren de par en par, su rostro está brillante y su cuerpo está tranquilo
• Alerta activa: su rostro y cuerpo se mueven activamente
• Llanto: el bebé llora, quizás grita; su cuerpo se mueve de formas muy esporádicas

Aprender sobre los estados y las señales del bebé es importante, ya que te ayuda a ser más consciente y responder a las sutilezas de los patrones de sueño de tu bebé.³

Aunque existen patrones generales de sueño infantil, no todos los bebés siguen el mismo ejemplo nocturno.

Con el sueño evadiéndote y el agotamiento empezando a entrar en tu cuerpo, es posible que sientas que nunca volverás a dormir bien por la noche. Pero hay una serie de intervenciones conductuales que puedes implementar para ayudar a establecer hábitos de sueño positivos en tu bebé, como alentarlo a calmarse solo. La capacidad de calmarse a sí mismo cuando se duerme (conciliar el sueño al comienzo de la noche y volver a dormir si se despierta durante la noche) parece ser un ingrediente clave para el desarrollo de patrones saludables de sueño-vigilia.⁵

Por lo general, se considera que los bebés que se calman a sí mismos duermen mejor que aquellos que constantemente necesitan ayuda para hacer la transición entre el sueño y la vigilia.⁵ Puedes apoyar a tu bebé a auto-calmarse estableciendo una rutina de sueño, particularmente hábitos de sueño durante el día. Se cree que el sueño diurno mejora el sueño nocturno y el desarrollo de rutinas para dormir, alimentarse y bañarse.³

También considera envolverlos. Aunque no a todos los bebés les gusta que los envuelvan (arropar cómodamente a tu bebé para ayudarlo a sentirse seguro y protegido), existen beneficios al hacerlo. Los estudios de investigación han encontrado que envolverlos puede calmar y tranquilizar a los bebés, ayudarlos a dormir y a acomodarse boca arriba, evitando que se volteen boca abajo o se cubran la cabeza con ropa de cama.^6,7

Si alguna vez ha escuchado el dicho “dormir como un bebé”, podrías cuestionar su relevancia, dado lo inquietos que pueden estar los recién nacidos en los primeros meses de vida. Para los recién nacidos, el sueño ocurre las 24 horas, y el ciclo de sueño-vigilia depende de la necesidad de ser alimentados, cambiados y abrazados. Pero el sueño no es solo una actividad pasiva. Puedes pensar que tu bebé está soñando con su próxima toma, pero claramente suceden muchas cosas dentro de su cabeza mientras duerme.